El mercado de pases concretó operaciones millonarias entre clubes fundidos que siguen con vida gracias a un respirador artificial llamado dinero prestado a cuenta. Pero Atlético es la contracara de esos excesos desde que forma parte de la máxima categoría del fútbol argentino.
El “Decano” le dijo no al “embargo de bienes” con tal de contratar futbolistas con dorsales donde en vez de sus nombres piden estampar el apodo de “figura”. Por eso, en 25 de Mayo y Chile camuflaron el despilfarro innecesario por una correcta búsqueda de jugadores que pueden sorprender. Esa es la receta; esa fue la idea del cuerpo técnico desde que le confiaron hasta dónde podía llegar con sus pretensiones, en cuanto a apellidos ilustres de jugadores a buscar.
“No podemos competir contra la mayoría de los clubes que militan en la categoría. El dinero que se maneja por transacciones es gigante”, reconoció el manager Diego Erroz.
Javier Mendoza, Mauricio Rosales, David Barbona, Facundo Daffonchio y Favio Álvarez son las nuevas caras del club -desconocidos quizás para los hinchas- y cuyo objetivo es dejar su huella. El único entre los cincos recientemente llegados que es una apuesta “a futuro” es Daffonchio (tercer arquero).
El resto, en cambio, llegó para cambiarle la cara a un grupo consolidado al que le tomaron el punto, podría decirse. Contra Rafaela, Atlético ganó pero tuvo sus momentos gratos e ingratos. Le cerraron los caminos y perdió su eje.
Rosales (defensor), Barbona, Mendoza y Álvarez (volantes ofensivos) son quienes, junto al resto del plantel, deben aportar frescura para que lo que pasó en el debut no se convierta en una pesadilla. “Atlético me dio una oportunidad y debo aprovecharla”, agradeció en su momento Rosales, quien vino a reemplazar a Nicolás Romat (se fue a Huracán) y contra la “Crema” demostró que sabe atacar por el carril derecho. Esta es su primera experiencia fuera de Estudiantes. Lo mismo sucede con Mendoza, de Gimnasia (LP), que también debutó oficialmente contra Rafaela. “Atlético sabe a lo que juega, es un equipo armado, pero uno viene a aportar lo suyo”, aseguró Alvarez, el último en llegar al “Decano”.
Otro dato de los refuerzos que contrató para esta nueva experiencia en Primera el equipo de Azconzábal es que salvo Daffonchio, de 26 años, el resto no supera los 24, la edad de Mendoza y Rosales. Álvarez tiene 23 y Barbona, surgido en Chicago y luego transferido al “Pincha”, 21. Bríos jóvenes.
Si bien el mercado de pases ya cerró, Atlético aún tiene margen para negociar con jugadores en libertad de acción. Por eso charla con Ezequiel Cirigliano, ex River, de quien se dijo en el pasado que era la gran promesa del “Millonario”. Nunca llegó a serlo y comenzó un peregrinaje por varios clubes del exterior. Pase lo que pase, en Atlético están confiados con el material que disponen. Y dicen que mejor para ellos si no conocen a las cartas nuevas. A sus rivales los esperan varias sorpresas, prometen.